La campaña de la fruta de Jumilla prevé una caída del 30% en la producción

LA VERDAD //

En las tierras del Altiplano jumillano ya ha comenzado una nueva campaña de frutales de hueso que se presenta con dudas en cuanto a producción, precios y comercialización. La incertidumbre viene provocada tanto por la climatología como por las consecuencias de la crisis del coronavirus. El responsable local de COAG, Pedro García, prevé un descenso de cosecha de entre el 20% y el 30%. Según indica, «este año hemos tenido una climatología muy cambiante, con unos meses de enero y febrero con unas altísimas temperaturas, lo que avanzó mucho los cultivos y las floraciones».

Después, añade, «tuvimos un mes de marzo con lluvias y frío, que vuelve a afectar negativamente a muchos frutales, aunque más a unos que a otros, como a la pera, el albaricoque y en zonas tempranas en nectarina y melocotón», hace hincapié el dirigente agrario.

En la empresa Frutas Vargas han arrancado ya la nueva temporada, aunque no con la normalidad de otros años, ya que también se están viendo afectados por las consecuencias de la pandemia.

Y aunque no han cesado su actividad, al estar en el sector primario, sí han tenido que realizar importantes reformas e inversiones para adaptar todo el almacén con mamparas y equipos de protección, con el fin de garantizar «la seguridad tanto de los trabajadores, como de los productos, y por tanto del consumidor final», afirma su gerente, Juan García.

La tarea comenzó con pocos empleados, pero en apenas dos semanas llegarán a ser 60, que sumados a proveedores, transportistas y clientes suponen un flujo diario de un centenar de personas. «Tenemos que adoptar todas las medidas de protección, para realizar nuestra actividad con tranquilidad», indica su gerente.

Igualmente, se ven afectados por la falta de personal para la recolección, debido a las dificultades en el transporte a la finca. Incluso «algunos agricultores han tenido que invertir en otros vehículos para poder llevar a los trabajadores, algo que lógicamente aumenta los costes finales».

Aunque tienen distintas variedades de productos, los primeros que están entrando a Frutas Vargas son el melocotón, el albaricoque y el paraguayo, con una producción total de 400.000 kilos. En cuanto a la comercialización, existe incertidumbre por el comportamiento de los mercados debido la crisis de la Covid-19.

Juan García afirma que «al ser el comienzo de la campaña de verano, la comercialización todavía no se está viendo afectada, puesto que hay más demanda que oferta, pero no sabemos, conforme avancen las semanas, si se notará, ya que hay comercios y mercadillos que no comprarán».

En Frutas Vargas tienen producción ecológica y convencional. A las variedades ya citadas se suman nectarina, platerina y la conocida pera ercolini. Exportan a países de Europa, principalmente al norte, pero llegan también a Emiratos Árabes, donde es muy apreciada la pera jumillana, que cuenta con denominación de origen propia.

«Nos tememos lo peor»

En cuanto a precios, el responsable de la organización COAG en Jumilla espera que mejoren, «ya que el año pasado fue catastrófico y ruinoso, y nos tememos lo peor». Añade que «vemos que las cosas no van bien; es triste que las primeras producciones en la Región no se cogen, porque no se da precio a los agricultores, como cebollas, hortalizas y patatas que se quedan en los bancales y, sin embargo, los consumidores se quejan de los precios en los supermercados».

Pedro García desea «que no pase lo mismo con la fruta, y que, aunque baje la producción, se puedan lograr unos precios normales para los agricultores».

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